Aunque algo mojada la calzada, el día ha salido muy bueno para la práctica del ciclismo, a la ida con poco de aire a favor, subimos por Calatorao a Alfamén y desde ahí cogemos el camino asfaltado de Cariñena en el que ya está la calzada más seca.
Entre viñedos desnudos tras la caída de las hojas, en los que ya se ven cuadrillas de podadores y de máquinas trabajándolas. En un abrir y cerrar de ojos nos presentamos en Cariñena.
Llegamos al Bar donde cogemos fuerzas con ese Monte Ducay que le gusta a nuestro amigo y compañero Larry, junto con unos bocatas y los correspondientes cafés.
Nos vamos para casa con viento de cara y optamos por ir a La Almunia, desde ahí haciendo unos rondos nos presentamos en Épila sin darnos cuenta.
Bueno y colorín colorado esta etapa se a acabado. Aunque algunos la seguimos por la noche en Alfamén en la cena de Navidad del Club.
Hasta la próxima!!!